Adiós...

Cuando era pequeña, recuerdo que te admiraba, eras casi como un héroe para mi, tenías siempre una exlicación para todas las cosas y sobre todo una historia para contar durante las sobremesas de la tarde. Tu expresión siempre fue severa, pero tus ojos irradiaban ternura; cómo padre y tío fuiste siempre estricto, pero muy cariñoso.
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A mis 10 años comencé a descubrir la gran persona que eras, aunque fuiste en gran parte algo desconocido, pero siempre te amé con toda mi alma, el escucharte llamarme: mi Alex... era grandioso para mi, por que sabía que siempre vendría algo bueno, ya sea un punto de vista, una opinión o una tan emocionante historia.
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Ahora te has ido.... muchas gracias por todo aquello que me enseñaste, y por compartir tantas enécdotas de tu vida.... sobre todo aquellas anecdotas del 2 de Octubre. Gracias por haber sido mi maestro de contabilidad... aunque en realidad nunca les entendí muy bien a las matemáticas financieras, gracias por ser mi amigo, por ser mi confidente y sobre todo por ser el mejor de mis tíos.
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Descanse en Paz Victor Mnuel Hernández Nieto